El Agility es una disciplina abierta a todos los perros.
Consiste en hacerlos superar diversos obstáculos con el fin de valorar su inteligencia y agilidad. Constituye una modalidad deportiva y educativa que pretende mejorar la integración del perro en la sociedad. Los competidores se clasifican en tres categorías: “S” (pequeña), “M” (mediana) y “L” (grande).
El trazado de los recorridos queda a la entera imaginación del juez, haciéndolo saber a los competidores a través de un reconocimiento de pista minutos antes de la competición. Dicho recorrido estará compuesto por diversos obstáculos ya predefinidos colocados sobre el terreno de manera que representen un mayor o menor grado de dificultad y velocidad. El recorrido debe ser efectuado por el perro en un tiempo establecido y los obstáculos en el orden marcado.
La primera prueba de Agility se disputó en el año 1978, en el Cufts Dog Show de Londres. Hasta entonces nada había amenizado las largas y cansadas esperas previas a la entrega de los premios especiales. Aquel año, sin embargo, no hubo esperas: había nacido el agility. El primer día concursaron un total de 29 ejemplares y las pruebas estaban organizadas por el Kennel Club de Londres. En aquellos momentos se estaba escribiendo con letras de oro unas páginas nuevas en la historia de la cinofilia.
Las primeras pruebas de Agility que se realizaron en España Fueron reglamentadas y llevadas a cabo por el Club Español de Adiestramiento para perros de Pastor, Guarda, Defensa y Utilidad (CEAC). Aunque fue CEAC quien había redactado su reglamento, fue más tarde la Federación Cinológica Internacional (FCI), quien redactó el suyo propio, que es el que han adoptado la mayoría de los clubes dedicados a esta disciplina.